29 enero 2009

La lectura en España (Informe 2008)

Una vez más se publica este informe. En España sólo se habla de lectura, generalmente en su variante elegíaca o apocalíptica, cuando se publican los resultados de las encuestas sobre hábitos lectores o de las evaluaciones internacionales sobre el nivel de comprensión lectora de los alumnos de Educación Secundaria y se comprueba que las cifras son mediocres y decepcionantes.

Con respecto a la lectura circulan algunos tópicos con los que, en solitario o combinados, se aderezan los discursos más diversos. No hay forma de deshacerse de ellos, aunque la realidad los desmienta continuamente.

Uno de ellos afirma de modo rotundo que los jóvenes no leen, pese a que las encuestas confirman una y otra vez lo contrario. Sin tener en cuenta a los niños, que leen con asiduidad y no sólo libros de texto, los españoles entre 14 y 24 años son los que más leen, con diferencia además respecto de sus padres y abuelos [FGEE 2008].

Otro de los tópicos en vigor reitera que la lectura está amenazada de muerte por la irrupción de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, dando por supuesto que el tiempo que los niños y jóvenes emplean en navegar por Internet, chatear o jugar con la play station se detrae de la lectura de libros. Quienes eso afirman tienen en mente una imagen de la infancia y la juventud un tanto ficticia.

¿Cuándo ha habido en España un momento en que la lectura haya ocupado de modo dominante el tiempo de ocio de los jóvenes? ¿Hace veinte años? ¿Durante la dictadura franquista? ¿A principios del siglo xx? ¿No sería más exacto y justo pensar que, dado el sombrío pasado reciente, no ha habido una época áurea de la lectura que podamos usar como referencia?

Sería bueno no confundir el deseo con la memoria y pensar que de no disponer de esos aparatos electrónicos los niños y los jóvenes emplearían su tiempo libre en jugar en la calle, conversar en los parques o no hacer nada, como ha ocurrido siempre. Basta por lo demás, asomarse a la Red, convertida gracias a los blogs y los foros en una universal conversación sobre libros y lecturas, para comprobar que nunca como hasta ahora se habían mostrado los lectores tan afanosos, ni había estado tan presente el gusto por leer.

Fuente: Juan Mata: "Leer cómo, enseñar qué (los formadores en lectura)" pag 209-210

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